Existe una normativa que clasifica la resistencia de las puertas ante un intento de asalto (referenciada en la norma Europea UNE EN-1627:2011 y en la actual norma Española UNE 85160:2013. Para poder contar con la homologación pertinente y ser clasificada con un grado, es necesario que las puertas hayan pasado por unas exhaustivas pruebas en laboratorios, en las que se determinan sus puntos fuertes y débiles y cuánto tiempo es capaz de resistir ante un ataque.
En la actualidad encontramos
3 grados diferentes: 3, 4 y 5, siendo 3 el más bajo y 5 el más alto. Todas las puertas que se categorizan con grados de seguridad, como decimos, han tenido que pasar por unas completas pruebas que certifican que son seguras y resistentes.